...para gustos, los colores...

miércoles, 1 de mayo de 2013

Destapando a Kuroneko

El pasado mes de Abril, Aroa Suárez (estudiante de último año de periodismo) realizó una entrevista a Gema López, autora de Kuroneko, en exlusiva. ¡Aquí la tenéis!




"Lo que había disponible en el mercado no me gustaba y empecé a hacer cosas de mi estilo"

Los diseños de Gema López aKa Kuroneko están al alcance de cualquier bolsillo, por un módico precio puedes romper con las modas y las tendencias y llevarte un diseño exclusivo, en tiempos de crisis se agudiza el ingenio.

P: Los encargos son tanto para llevarte puesto, por ejemplo camisetas, pantalones, playeros, broches, como los dibujos.

R: Al principio eran sólo dibujos, diseños. Luego desde León me vino una oferta de

Abigail González, que lleva una tienda allí y necesitaba a alguien que plasmara los dibujos que la gente quería en la ropa que ella vendía.



Gema López y Kuro


P: En ese momento fue cuando surgió la colaboración con Crazi Cue ¿no?

R: Si. Al principio fue sólo para probar, porque yo nunca había pintado sobre tela. Y la prueba acabó en que ahora hacemos desde camisetas hasta zapatillas, todo lo que te puedas imaginar. Y aparte, lo de la madera y demás. Mi abuelo me dio la idea de decorar cajas, o madera, eso viene de familia. Digamos que a partir de Crazi Cue empecé a pensar que cualquier reto puede ser bien recibido, sea donde sea. En una silla, una camiseta, unas zapatillas,  un murolo que fuera.

P: A parte de con Crazi Cue, ¿colaboras con alguien más?

R: Virginia fue la que me puso en contacto con Crazi Cue, por decirlo así ella es una chica crazi , nos ayuda siempre, nos hace  estar al día y nos da ideas. Abigail González, “Crazi Cue”, es el centro neurálgico de todo este trabajo en equipo. Los Lazos de Lola, vende broches, tocados y demás, y le dije que podía utilizar mis dibujos, el resultado hasta la fecha es bastante bueno. Y también Nicky, una dibujante en ciernes, en el tema de informática me da muchos consejos, y hace dibujos que podéis ver también convertidos en complementos. Todas hacemos un tándem y aunque cada una esté en una ciudad distinta nos intercomunicamos para sacar proyectos adelante. Lo bueno de esto es que, cuando las cosas no te dan mucho dinero ni son muy ostentosas, que estás luchando y echando horas para que todo salga adelante, te das cuenta de que el trabajo en equipo vale muchísimo, es decir, que los logros de una son los de todas. El beneficio personal consiste muchas más veces en eso que en cualquier otra cosa. Saber que hay gente que te respalda y que valora tu trabajo, porque sabe las horas que le estás echando.

Fotografía: Los Lazos de Lola



P: ¿En Gijón todavía no tienes contactos para hacer colaboraciones con alguna tienda de ropa o con algún sitio especializado en arte para hacer exposiciones?

R: Todavía no, de momento no conozco a mucha gente del mundillo, entonces no puedo. Me encantaría, pero por ahora con las exposiciones estoy más que satisfecha. Pero si se diera la ocasión no me importaría abrir una tienda Kuroneko aquí mismo, aunque tenga repercusión online y puedas comprar por Internet, pero esta es la ciudad en la que más a gusto he estado con diferencia.

P: Las exposiciones que tienes por Gijón ahora mismo ¿qué tal van?

R: La primera fue la del Café Pause y los cuadros siguen allí. La gente se interesa, pregunta… el hecho de que me dieran esta oportunidad, y de que la gente sepa que Kuroneko existe, ha valido para que se hagan nuevos encargos. En la taberna Gigia la idea era exponer diseños únicos para que la gente no tuviera que pagar el precio de una obra original, que tuvieran la opción de que fuera una lámina hecha a buena resolución pero sin tener que gastarse mucho dinero para tener en su casa un cuadro que le gustase.



P: ¿Qué proceso de trabajo seguiste para realizar las láminas de la exposición de la Gigia?

R: Primero las pinté, las escaneamos a buena resolución y luego hicimos las láminas. Quien las quiera las puede comprar, lo único es que son tiradas muy limitadas, es decir, la persona que la vaya a comprar, a parte de saber que no se va a gastar 100€ en un original, va a tener una lámina que a lo mejor tienen 4 o 5 personas más. Está hecha a buena resolución, no es un folio impreso, está todo estudiado, el papel es de un gramaje especial con la impresión estudiada para que se vean bien todos los bordes, retocado por ordenador. Cuando te compras un cartel de una película sabes que lo tiene mucha más gente, esto es igual pero lo va a tener muy poca gente y aun así te va a salir barato sabiendo lo que puede costar el arte.


Fotografía: Kuroneko



P: Lo enfocas más en centrarte en las necesidades del resto que en hacer algo y ponerle un precio, ¿no?

R: Si, aunque a veces hay que parar la máquina y ponerse a dibujar algo que le apetezca a uno, porque si no te vuelves loco. De ahí salieron las colecciones de exposición, de hecho.

P: ¿Por qué elegiste el nombre de Kuroneko para tus creaciones?

R: A parte de que siempre me han gustado los gatos, durante mucho tiempo he sido muy oscura, tanto vistiendo como interiormente. Y siempre me interesó la cultura japonesa, por eso busqué la traducción de gato negro en este idioma. Además hay una película japonesa de terror de los 60 o 70 que se titula así.

P: ¿Cuál fue el primer encargo y el más raro?

R: El más raro, de complicado, fue la guitarra sin duda. Llegó a mis manos una guitarra que un colega me dio, la había encontrado en la basura y me dijo que si la podía arreglar y customizar. La guitarra venía sin mástil, él se lo puso pero la madera estaba muy estropeada, así que tuve que informarme sobre trabajos de luthiers y, como mi abuelo fue carpintero ebanista, y mi padre también tiene nociones, más o menos tengo idea de cómo tratar la madera y la reparé. Hice todo lo que había que hacer en la madera y luego la customicé. La guitarra se llamaba "fresca", tenía que llevar el nombre.


Fotografía: Kuroneko



P: ¿Y cuánto estuviste hasta que quedó concluido el trabajo?

R: Todas unas navidades, todos los días le daba algo a la guitarra. O bien lijarla, pintarla, darle más manos de pintura. El barnizado fue días y días de capas de barniz. Fue el encargo que más trabajo me llevó sin duda.

P: ¿Y el más raro de que te hayan pedido una cosa que no te imaginas y te planteas como poder hacerlo?

R: Hombre, raro no tanto pero curioso fue el tatuaje de Viajero del Tempo, un cantante de hip-hop. Me dijo que quería un samurái, pero que en vez de una espada, llevara una pluma, como que luchara con las palabras, y que fuera mezcla de irezumi (tatuaje tradicional japonés) con su rollo de cantante de hip-hop. Me llevó tiempo informarme y documentarme pero el resultado me gustó bastante.


Fotografía: Kuroneko



P: El encargo más satisfactorio

R: ¿De haz lo que quieras? Hombre, la dríade. Dibujé una dríade en DIN-A3 para Sara, mi colega de laboratorio de antropología y amiga. Para hacer el dibujo mezclé un montón de técnicas como rotrings, acuarelas, rotuladores, de todo lo que encontré. Ella al principio cuando vio la fotografía lo vio raro, porque en la imagen siempre sale peor de lo que es y, cuando lo vio al natural le encantó. Ese yo creo que fue el más satisfactorio, primero porque se lo quedó una persona que aprecio, y segundo porque me costó un trabajo bastante gordo que al final tuvo su recompensa.


Fotografía: Kuroneko



P: ¿El soporte más difícil para pintar cuál es?

R: Hay determinados tipos de tela que son dificilísimos de pintar. La de los vaqueros sobre todo. Más que por lo que cueste pintarlo, por lo que pueda durar, el vaquero es una tela demasiado dura y lo destrozamos todos. Y me da mucho miedo pensar que el dibujo que hago se vaya al traste muy rápido, por lo que intento fijarlo más para que la gente lo pueda disfrutar más. Hombre, no hay prenda de ropa que sea eterna. Pero sí, la tela de vaquero a mi me da mucha grimilla.

P: ¿Has pintado alguna vez sobre distintos tipos de pieles?

R: Sobre cuero no he pintado nunca. Sobre piel vuelta es fácil porque la pintura se
agarra bien. Y sobre la lycra sí que hay problemas, esa tela es muy difícil fijarla y que no quede alguna arruga. Hay que meterle muchas horas para que quede bien.

P: Para los cuadros ¿te basas en un boceto o te sientas ante lo que vas a pintar y lo plasmas?

R: La verdad es que estoy peleada con copiar. Como hay tantos encargos en el aire yo prefiero sentarme y, lo que se me ocurre, plasmarlo. A lo mejor para las proporciones corporales utilizo fotos guía, de lo que sea, para hacerlas bien, pero que sea la idea que yo tenga en la cabeza, que no exista antes. Lo de copiar, aunque haga muchos encargos, no me gusta. Más que nada porque yo tampoco lo valoro.


Fotografía: Kuroneko



P: ¿Por qué si te gusta tanto dibujar no elegiste una carrera de artes en lugar de hacer biología y luego antropología?

R: Un día en el instituto, nos dijeron que nos iban a llevar a la facultad de Bellas Artes a verla, yo llegué a mi casa diciendo "me voy a Bellas Artes", y mi padre me dejó claro que creía que en Bellas Artes no había futuro, después ya le expliqué que íbamos de visita. Mi madre es de la opinión “da igual lo que quieras ser, mientras intentes ser siempre la mejor en tu campo”. Les preocupaba que yo eligiera algo que no me diera de comer en el futuro… Básicamente no era una idea que gustará mucho en el entorno de mi casa.

P: ¿Ahora les gusta más viendo que con esto sacas algo de beneficio?

R: Si, además ellos también me han hecho encargos. Al principio decían que estaba perdiendo el tiempo, por lo típico de que los padres se preocupan al ver que sus hijos han estado estudiando una cosa, y que al final no encuentran nada que tenga que ver con eso. Intentan encauzarte, pero se han dado cuenta de que es una cosa que forma parte de mi y les gusta.

P: ¿Como encauzar una carrera que es Antropología, que no tiene que ver con las artes ni tiene ninguna rama artística, con tus dibujos?

R: Sí tiene que ver, porque la antropología tiene parte de visualizar. Hice dibujos para congresos, o cuando hacía falta expresar alguna cosa de la antropología
física, yo me expresa y estudiaba mucho mejor por dibujos, haciéndolos de anatomía antes que escribirlos y describir todo con palabras. Aparte de los dibujos del congreso y los bocetos para estudiar, dibujaba cosas que no tenían nada que ver, para relajarme y cambiar el chip. Esa es otra, el dibujo relaja bastante. Y de paso, intento buscar una salida para ver qué puedo hacer con mi vida a parte de esto.

P: ¿Cuándo te diste cuenta de que era algo que te gustaba y que encima te daba beneficio? Porque al fin y al cabo no se hace nada por amor al arte.

R: Cuando estuve 4 meses en Madrid esperando una respuesta. Estaba haciendo un Máster, el primer año era teórico, en Coimbra (Portugal) y el segundo era práctico, un proyecto que teníamos en mente, y tenía que realizar en Granada por la especialidad. Digamos que Kuroneko nació por culpa de la Antropología. El tiempo de espera, hasta marcharme a Granada, sin saber muy bien cómo iba a salir todo, ni cómo encauzar el trabajo que llevaba estudiando durante años, personalmente me empecé a hundir un poco en la miseria entre ilusiones, dudas, y tiempo muerto, me puse a dibujar y pensé que a lo mejor había gente a la que le gustaría aprovechar mis  dibujos o que los podría comercializar. Y ahí empezó Kuroneko , de todas esas horas de incertidumbre. Además soy una persona que no puede estar quieta.


Fotografía: Kuroneko



P: ¿Y ha sido una salida contra la crisis?

R: Contra la crisis personal y general. De hecho soy partidaria de que si a la gente le gusta hacer determinadas cosas, o le relaja, o sencillamente les realiza como persona,  que lo intenten compaginar con su vida normal, me parece bastante lógico.

P: A tus padres les gusta, tu hermana tiene un montón de diseños de Kuroneko ¿y te han pedido alguna cosa tus abuelas?

R: La primera caja de madera que hice se la regalé a mi abuelo Manolo, que ya había empezado a tener Alzheimer y se le olvidaban algunas cosillas. Le dibujé un paisaje marítimo nocturno en una cajita por su cumpleaños, su último cumpleaños, dedicada por dentro. Y a mi abuelo Ladis, que los últimos años estuvo bastante malo, también. Hice otra para él, fue la segunda cajita que hice, eran hojas de un cerezo en flor. De hecho a día de hoy, cada una de esas cajas aún guarda cosas suyas. A las abuelas no les había regalado nada, así que les hice dos dibujos enmarcados con kanji, siempre con flores y agua. Y la verdad, de las cajas que he hecho, esas son a las que les tengo mayor cariño, al fin y al cabo ellos eran los "dedosverdes" de la familia, por decirlo de alguna manera, siempre estaban rodeados de plantas, de vida, y además sabían hacer cualquier cosa con las manos. Las abuelas, junto con mi madre y mi hermana, cuando vino el boom de
los anillos, de repente se volvieron locas, empezaron a probarse todos los anillos que había estas navidades pasadas, y se quedaron cada una con uno.

P: ¿Por qué ahora también has empezado a vender bisutería?

R: Era otro reto, vi que con ese tipo de materiales se podía hacer de todo, y al principio lo que hice fue adornar una caja con un botón que me dio mi abuela y engarzándolo con hilo de ese tipo. Lo intenté y vi que no era nada difícil. Eso, y que lo que había disponible en el mercado no me gustaba, con lo cual cogí los colores que a mí me parecieron, y empecé a hacer cosas de mi estilo. De momento en Madrid, en La Tienda, están vendiéndose.


Fotografía: Kuroneko



P: ¿Dónde nos podemos dirigir para comprar los diseños de Kuroneko?

R: En Madrid, en La Tienda (Bravo Murillo, 232) hay bisutería. En León está Crazi Cue, en la calle Renueva 25, ahí se puede comprar de todo: parches, camisetas, vestidos, zapatillas (hemos pintado hasta corbatas para unos cómicos), y también se pueden hacer encargos de cualquier tipo.


Fotografía: Kuroneko&CraziCue



P: ¿Y una tienda exclusiva de Kuroneko?

R: El día que haya dinero, no se descarta porque al mayor fan lo tengo en casa, muchas veces lo hemos pensado y hemos hecho números, lo que pasa que ahora con las limitaciones económicas que hay, y con la falta de ayudas, es muy difícil plantearse abrir un negocio. Y si se abre, siempre con vistas al fracaso, tal y como están las cosas.

P: Por ahora la tienda online está funcionando bien ¿verdad?

R: No es en sí una tienda online, pero funciona bien, sobre todo el boca a boca, y que los precios son populares. No es que sea un precio de arte mayor, yo nunca he estudiado arte, intento que la gente esté a gusto con lo que encarga más que hacer un lienzo de 2 metros por 2 metros y dar todo de mí.

P: ¿Si te dieran a elegir entre seguir con Kuroneko o volver a centrarte en tu carrera como antropóloga que elegirías?

R: ¿Elegir entre una u otra? Me metería de ello en lo de los huesos, pero inmiscuyendo a Kuroneko en el dibujo de antropología a saco. Kuroneko ahora mismo es imposible pararlo, y me di cuenta hace tiempo. Es como mi alter ego y es una cosa muy rara, pero creo que Kuroneko, en vez de desaparecer lo que se puede hacer es encauzarlo hacia otros campos… Yo creo que nunca voy a dejar de dibujar.


Fotografía: Kuroneko

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